Las primeras abejas espaciales
Elegidas por su inteligencia, convistas a la vida en otros planetas la NASA pensó en utilizar abejas, y así, disponer de productos apícolas y al mismo tiempo realizar una labor de polinización en las flores de los invernaderos espaciales.
Pasamos a contar el vieja de estas valientes espaciales 3300 abejas y una abeja reina encapsulada, fueron introducidas en la lanzadera espacial Challenger en abril de 1984, junto a la tripulación de astronautas. El objetivo era comparar cuantitativamente el tamaño, la forma, volumen y estructura de la pared de los panales, es decir, cómo construyen las abejas los panales en ausencia de gravedad.
Su espacio se limitaba a una pequeña caja. En la “colmena espacial” se colocaron junto a las abejas, dos cuadros de cera vacíos, y se alimentó desde dentro con una mezcla de agua, sacarosa y agar (para que la mezcla agua-sacarosa fuera semisólida).
Resultados:
- Las abejas sobrevivieron al lanzamiento
- aprendieron a volar en condiciones de microgravedad.
- Las abejas no hicieron sus necesidades dentro de la colmena, es decir, aguantaron toda la semana. Las abejas, gozando de buena salud, poseen un instinto natural que les indica que no debe ensuciar el espacio donde viven, como tampoco lo hacen en las colmenas en la tierra desde que nacen hasta los 20 días ya que su misión de trabajo esta en el interior hasta que salen a pecorear y hacen sus necesidades.
- Menos de un 10% de las abejas murieron.
- La reina fue liberada de su encapsulamiento por las obreras y se lanzó a poner algún huevo que no prosperó, no sabiendo muy bien si era debido a las condiciones de microgravedad o a lo anómalo de la situación.
- Se produjeron los primeros 250 gramos de miel en el espacio.
- En cuanto al tamaño de la celdillas construido, la conclusión es que lo hicieron de un espesor de pared mayor que en la tierra, y de un diámetro medio más pequeño, aunque la profundidad de la celdilla fue igual que la terrestre. Su “miel” fue almacenada en las celdillas.
Conclusión:
Las abejas cumplieron, adaptándose perfectamente a las condiciones de microgravedad, construyendo sus panales, demostrando su capacidad de aprender y adaptarse a las nuevas condiciones.
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